DALILA: Nombre y Personaje
El personaje de Dalila, y su nombre, nacen a partir de la historia del hérculeo Sansón y Dalila, que está contenida en el libro Jueces de la Biblia. En la historia, Dalila es una mujer que tiene el encargo de descubrir el punto débil de Sansón. Para hacer justicia al nombre de la fémina, Dalila en mi historia, es quien convierte en inmortal a Lycaon y quien debilita al demonio Menet, cuando éste visita a Al-Muzzer, dios del inframundo, para asesinarle.
La relación entre Dalila y Lycaon, no tiene un final fructífero más que la inmortalidad del que será un héroe y un entrenador de héroes a lo largo de su vida. Esta historia no es casual, pues en la Biblia, Sansón conoce a Dalila en el valle de Soreq, cuyo nombre hace referencia a "un árbol sin fruto", es por ello que la relación entre Sansón y Dalila es infructuosa. Sin embargo, otros afirman que Soreq hace referencia a una "vid especial" haciendo eco de las uvas y vinos de aquella región. Es aquí donde, surge la idea de un "elixir" que vuelve inmortal a Lycaon.
La imagen de Dalila, descrita en mis textos, como una mujer blanca y de larga cabellera negra, está inspirada en Pandora, personaje de Saint Seiya, quien aparece en la Saga de Hades, como la fiel sirvienta y hermana del dios Hades. Ella rivaliza en su infancia con el caballero del Fénix, aunque ya adultos ambos se tienen respeto. Para mi, una metáfora. La hermana del dios del Hades respeta el ciclo de vida, muerte y renovación. Por ello, Dalila desciende viva al Inframundo y desde allí permanecerá esperando volver renovada al Reino Celeste, donde debió haber terminado en lugar de la morada de los dioses de la muerte.
IMPHIOS:
El Inframundo y el Carro de la Muerte
En el pasaje de El Secuestro de Dalila, aparece el dios Imphios, quien maneja el carro que traslada a los muertos al inframundo. Sin embargo, el personaje será mucho más trabajado en el Capítulo IV: El Decademonium.
El carro de Imphios sólo traslada el cuerpo de los dioses, mientras que arrastra los espíritus de los mortales ya muertos al Inframundo. Su carro es tirado por huesudos caballos, pero cruzando la puerta del mundo de los muertos, este se vuelve colosal y maravilloso, pues en el inframundo construido no se van a quemar ni a pagar los pecados cometidos en vida. El inframundo ecclesí es un paraíso, el cielo y el infierno cristianos se encuentran unidos en un sólo lugar, dando origen a la idea del Decademonium.
La idea del Carro de Imphios, guarda un significado. Los mortales moribundos y agonizantes ven con horror la llegada de la muerte, pero tras subir al carro y comenzar su viaje hacia el paraíso, deben pasar por la aceptación de haber vivido para encontrar el descanso en el inframundo, que les guarda los más bellos parajes. Sin embargo, aquellos que durante el viaje no superan su muerte y aún más temen ser castigados al otro lado de la puerta, se bajan del carro sin encontrar la paz. Y aquellos osados, que mienten en la entrada sin haber aceptado su muerte ni haber vivido plenamente, es decir, cargando culpas, serán enviados al Valle de Amorpheus, hasta que se purifiquen y se sientan liberados de su pesar.
ORAMA Y AL-MUZZER:
La resurrección de Armored
En el pasaje de Dalila, su guardiana Armored, quien tenía el deber de cuidar de la princesa ixtaní mientras vivía con los mortales, es castigada a morir por el dios Sorón debido a que entrega a Al-Muzzer, dios del inframundo, a quien tenía por cuidado.
Dalila acepta viajar al inframundo a cambio de que oculten a Lycaon y revivan a Armored. En ese rito, toman parte tres dioses. El primero es Imphios, quien lleva el cuerpo sin vida de la guardiana hasta el inframundo. La segunda es Orama, quien desde una esfera dorada invoca el alma de Armored y la une al cuerpo. Al-Muzzer es el último en intervenir y le regresa el espíritu.
Las tres intervenciones dan lugar al concepto tripartito del ser, siendo este cuerpo, alma y espíritu. La materia, la energía vital y la trascendencia de lo individual del ser. Esta idea regresa permanentemente en el texto, como por ejemplo en los ritos fúnebres del Imperio sefirino y los lándicos.
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